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CARIDAD HECHA SERVICIO

 

Queremos compartir la vida de caridad hecha servicio en cada una de nuestras comunidades y obras, en los proyectos de servicio y misión que se van gestando, en los frutos de tanta vida entregada por laicos y religiosas que desean vivir el carisma de Ana María Janer en estas tierras latinoamericanas.

Escuchemos la voz del Papa Francisco

 

Recobremos y acrecentemos el fervor, la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas, para que el mundo actual pueda recibir la buena nueva a través de evangelizadores cuya vida irradia el fervor de quiénes han recibido ante todo en sí mismos la alegría de Cristo. (Cf. EG 10)

Nos animamos a soñar con nuestro Pastor

Soñamos con una opción misionera capaz de transformarlo todo...

 

La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad.

Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están…

Constituyámonos en todas las regiones de la tierra en un «estado permanente de misión». (EG 25 y 27)

Nos sentimos Iglesia en salida y samaritana 

 

La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino.

La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre.

Los predilectos de Dios son nuestros predilectos

 

En el corazón de Dios tienen un sitio preferencial los pobres, tanto que hasta Él mismo «se hizo pobre» (2 Co 8,9).

La belleza misma del Evangelio no siempre puede ser adecuadamente manifestada por nosotros, pero hay un signo que no debe faltar jamás: la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha.

Jesús, el evangelizador por excelencia y el Evangelio en persona, se identifica especialmente con los más pequeños (cf. Mt 25,40). Esto nos recuerda que todos los cristianos estamos llamados a cuidar a los más frágiles de la tierra.

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